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Conoce Toto al dedillo
Te encuentras al inicio de la ruta amarilla entre Toto y Pájara, donde podrás conocer la historia de este asentamiento.
Como puedes observar, esta ruta comienza en la Plaza de la Constitución, junto a la Ermita de San Antonio. Esta ermita, construida en la segunda mitad del siglo XVIII, está declarada como Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento no solo por sus características sino por su relación con el entorno.
Se encuentra en el centro de este precioso pueblo y sorprende precisamente esta localización, ya que las ermitas solían construirse en entornos más alejados del núcleo poblacional. Durante un tiempo, además, sirvió a los vecinos como punto de reuniones.
En aquella época, la gran mayoría de ermitas nacían gracias a las aportaciones del pueblo y de familias adineradas, destacando en la construcción de esta ermita las aportaciones de una vecina de Betancuria, Doña Ana Cabrera. Más tarde, en 1795, la ermita estaría ya finalizada y techada gracias a Pedro Acosta, un talentoso carpintero.
Empieza la ruta en dirección a la cancha deportiva por la Calle El Hornero, la Calle Tindaya y la Calle Pozo de la Araña. Aquí puedes contemplar antiguas casas que pertenecen a este pintoresco asentamiento de Toto, que se remonta a la época prehispánica de las Islas Canarias.
Se sabe que la zona estuvo habitada por los antiguos pobladores de la isla, los aborígenes mahos, que se dedicaban principalmente a la ganadería y la agricultura. Gracias a la flora majorera, conseguían de tarajales y acebuches la madera necesaria para fabricar los utensilios.
Con la llegada de los conquistadores en el siglo XV, la isla de Fuerteventura fue incorporada a la Corona de Castilla y se inició la colonización de la isla. Durante este período, Toto destacó no solo por su riqueza hídrica sino por sus tierras, sirviendo como “depósito” de trigo para la isla que era entregado a las familias más desfavorecidas.
A mediados del siglo XX, la actividad económica en Toto disminuyó. Si embargo, en las últimas décadas la zona se ha convertido en un destino turístico popular debido a su belleza natural y la tranquilidad que ofrece el entorno.
La ruta continúa por la Calle Amanay hasta el Barranco del Cortijo en dirección a Pájara. Aquí es necesario continuar por el Barranco de Toto hasta llegar la Iglesia de Nuestra Señora de Regla, en Pájara.